jueves, 3 de septiembre de 2009

Vigilante estoy en las orillas del universo

En los arenales que hablan del fin de la sequia

Mientras las sienes de las letras disienten

Y advierten que no serán más esclavas de la obesidad romántica


Mis ojos viscos corrigen su mirada

Y son arrancados de un pellizco para poder mirar de distinta forma, con distintos aires


Mis arterias contaminadas de grasa y llenas de sangre fluorescente

Son perforadas con aguijones de alacranes blancos

Provocándome una hemorragia salvaje, imparable

De versos obscenos: “clasificación C”


Orgásmica inspiración de arcas fugaces

Que asalta mis noches y viola a mis palabras


No dejare más cabos sueltos

Atare mis ideas en las sucias banquetas

En los congales sagrados

En los puestos de tacos de 5 x 15 pesos (de carne importada)

En el tráfico reacio y pudoroso

En tu caminar nauseabundo

En mi delirio constante


Escucho voces como mi tío Jorge, que me dictan realidades prostituidas, calculo diferenciales esquizofrénicas que me cortan los brazos, las piernas y me extirpan el corazón de sangre coagulada al borde de la histeria, experimento convulsiones incendiadas en espejos reversibles que reflejan mis dientes amarillos y mis manos delgadas, según algunos: de pianista.


Visión 60/60

1 comentario:

  1. mancha mancha mancha mancha mancha mancha mancha mancha mancha mancha mancha mancha maaaaaaaaaaaaaaaaaaaaanchaaaaaaaaaaaaaaaaaa

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