Claramente me excitas el alma
Infartas mis deseos
Obviamente, maldices mi perversión
No justifiques tus senos,
Tan suaves y delicados a la vista,
No mortifiques más a mis demonios
Y desnúdate un poco más…
Tu aroma me sumerge
En un éxtasis inhumano
Transgrediendo mi libido
En instantes bastante volátiles
Claramente me excitas las ideas
Apasionas mi demencia exacta,
Mi coherencia insólita
Mi sexualidad corrompida
De libertad profana
No muerdas mis labios
Con tu sonrisa gimiendo
¡Por favor!, deja de seducirme
Con esas voces subliminales
Que no paran de decirme,
¡Asfixia mi deseo!
¡Asfixia mis ganas sentir!
¡Asfixia mi paradisiaco cuerpo!
Fugaz, pragmático, inconsolable,
Tuyo, tuyo, tuyo…
Bastó con un segundo lacónico
Para satisfacer el placer ajeno
El orgasmo lejano, las caricias invisibles
Los besos soñados…
Basto con un segundo para olvidarme,
Otra vez, de ti.
Perversiones
Ajenas
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