lunes, 11 de octubre de 2010

Poesia Cartel-Carton
(track-a track-a track-a matrack-ca)

Siento una alegoria reciclable en mis piernas
debe ser el canal del muñeco de carton que replica guillotinas en sus notas amarillistas
siento una re-versión de las muñecas de trapo que tienen los ojos torcidos y la mente adversa a los alfileres de censura

Creo poder ver desde mi fototec-a de poeta cartel carton, las cuertas de luz de los globalifobicos, alguien me dijo que el mundo era una composición llana de la luna, o tal vez sea una version caducada del un cometa inverso.

Y me dan ganas de escupir uno que otro verso en un cartel en cenizas para ver si se desintegra justo como la velocidad de mi voz, o con la intensidad de mis orines despues de una borachera de mezcal huasteco

Tal vez no he nacido aun y solo vivo de las palabras de los fotones heroinohumanos que cansan la mirada de pendulo de la tierra ultra-convexa de mis calcetines

(Eso me recuerda que mis calcetines han cesado su lucha radical para evitar ser desintegrados por la mala fortuna)

Soy un poeta Cartel-Cartón, por que mis versos se reciclan con el olvido del pasado y el tránsito del presente, no soy un poeta en realidad.

Soy la parte minima de un verso, que no pretende ser poético sino que aspira a no ser pretencioso, justo como el heroico suceso de la muerte de mis pantaloncillos.

Alterno causas de la muerte de las ideas del indigente mas famoso de la calle de Uruguay, con tecleos de una muerte ficticia del abuelo mas famoso de la calle de Bogotá, casi utopicas conciencias de una vida extraviada en la tinta desperdiciada de la cabeza de una vaca muerta.


Y antes de seguir con un filosofar extraño y una conversacion mareada en un embudo/arcoiris , creo que terminare diciendo, que no existe el tiempo de guerra, existe el invento de guerra tan palpable como que el carton es reciclable.


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